UC - Críticas
| País: Argentina. Año: 2012. Duración: 91 min. Género: Drama.
Dirección: Armando Bo. Guion: Armando Bo y Nicolás Giacobone. Producción: Jennifer Barrons, Armando Bo, Víctor Bo, Steve Golin y Hugo Sigman. Música: Sebastián Escofet. Fotografía: Javier Julia. Montaje: Patricio Pena. Dirección artística: Daniel Gimelberg. Vestuario: Luciana Marti. Distribuidora: Wanda Visión.
Estreno en España: 19 Julio 2013. |
Interpretación: John McInerny (Carlos Gutiérrez / Elvis), Griselda Siciliani (Alejandra), Margarita López (Lisa Marie). |
IDENTIDAD ROBADA
“El Último Elvis" es una brillante película sobre la ausencia de identidad en un mundo globalizado que no presta atención a sus individuos. El film tuvo una buena acogida en su recorrido festivalero, destacando el Premio Horizontes en el pasado Festival de Cine de San Sebastián, donde no tuve ocasión de verla ante la avalancha de oferta cinematográfica de calidad que nutre las pantallas cada año de La Bella Easo. Por suerte, ese contratiempo que muchas veces te lleva a dejar olvidadas preciadas joyas en el fondo de una apolillada estantería, no ocurrió con este estupendo film argentino y durante su tardío estreno he tenido la oportunidad de recuperarla y reconciliarme de paso con el criterio de algunos jurados... Por cierto, que en esa misma edición también tuve la desgracia de pasar por alto la mejor película que he visto en lo que llevamos de año y de la que aún espero su estreno en nuestras pantallas, la devastadora "Después de Lucía" del mexicano Michel Franco.
SINOPSIS: En “El último Elvis”, Carlos Gutiérrez es un cantante separado que tiene una pequeña hija llamada Lisa Marie a la que no ve muy a menudo. Siempre vivió su vida como si fuese la reencarnación de Elvis Presley. Negando a Carlos y su realidad. Pero está a punto de cumplir los mismos años que su ídolo tenía al morir y su futuro se muestra vacío. Una situación inesperada le obliga a hacerse cargo de su hija. En esos días Carlos logra conocerse como padre y Lisa Marie aprende a aceptarlo tal cual es. Pero el destino le presenta una decisión difícil. En un viaje de locura y música, Carlos deberá elegir entre su sueño de ser Elvis y su familia.
“El Último Elvis" parte de una premisa argumental bien sencilla y la explota hasta sus últimas consecuencias. Sin embargo, nunca cae en la morosidad ni en el vacío de otras propuestas similares, aquí su descripción del personaje central encarnado por un soberbio John McInerny nos resulta absolutamente fascinante desde la primera escena. Ese hombre que vive reencarnado en alguien que nunca fue, su manera de afrontar la vida y sus conflictivas relaciones con sus allegados, nos conducen de puntillas por una trama mínima salteada con algunas de sus actuaciones musicales (magníficas) en fiestas de distinto calibre donde puede dar rienda suelta a su verdadero yo, donde el disfraz se convierte en su propia piel y la felicidad del instante ofusca las frustaciones del yo cotidiano.
"El Último Elvis" es un drama más profundo de lo que aparenta al que tan sólo se le puede achacar cierto conformismo narrativo en su desenlace (aunque absolutamente coherente y consecuente con el transcurso del resto de la obra), pero eso no empaña para nada la límpida y sincera mirada de Armando Bo que en su debut tras las cámaras nos ofrece uno de los films más destacables del año, a través de una puesta en escena sencilla que acaba subiéndose a hombros del "tour de force" interpretativo de su enorme protagonista. "El Último Elvis" respira verdad sobre la decadencia de una sociedad impersonal, pero lo hace sin tremendubismos, convirtiendo casi en héroe a alguien que nunca supo quien era, pero si lo que quería ser (que ya es mucho).
