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UC - Críticas

País: Austria.

Año: 2013.

Duración: 93 min.

Género: Drama.

 

Dirección y guion: Gustav Deutsch.

Producción: Gabriele Kranzelbinder.

Música: Christian Fennesz y David Sylvian.

Fotografía: Jerzy Palacz.

Montaje: Gustav Deutsch.

Diseño de producción: Gustav Deutsch.

Vestuario: Julia Cepp.

 

Distribuidora: Karma Films.

Estreno en España: 8 Agosto 2014.

Interpretación: Stephanie Cumming, Christoph Bach, Florentin Groll, Elfriede Irral.

 

EDWARD HOPPER SE HACE CINE, PERO SIEMPRE LO FUÉ


Interesantísima aproximación visual a la obra pictórica del artista estadounidense Edward Hopper (1882-1967). La película que nos propone Gustav Deutsch desde luego contiene el singular interés de trasladar a la cinematografía la pictografía de Hopper. Y lo hace con sobresaliente resultado. Lamentablemente, todo el esfuerzo fotográfico y artístico de esta película (comercialmente) experimental se lleva por delante otras cuestiones narrativas como el interés dramático, el giro argumental así como la concatenación de acciones. Vamos, principios básicos de la heterodoxia cinematográfica que si nos los encontrásemos ante una película experimental podríamos pasar por alto, pero que en el caso de la aberración de Deustsch (y entiéndase aberración no como algo tremebundo, porque la película es preciosa, si no como un experimento que se queda sin terminar) parece haberse quedado a medio camino entre una dimensión y otra, consiguiendo (y esto es lo más hiriente) que incluso lo fanáticos de Hopper se aburran.




SINOPSIS: Shirley es una  mujer atractiva, carismática pero, comprometida pero emancipada que vive en una realidad, la que se desarrolla entre los años ’30 y 60’, en la que nunca se siente representada. Tres décadas capituladas en 13 momentos de su vida nos acompañarán en la evolución de Shirley hacia su propio autodescubrimiento en una Norteamérica convulsa.


 

Que Edward Hopper siempre ha sido un pintor con cierta vena cinematográfica es algo impepinable. Que el propio Alfred Hitchcock consiguiera recrear el hogar de los Bates basándose en uno de sus paisajes ya lo deja claro. Hopper siempre ha estado presente en el cine: la composición de su planos trasladados al lienzo, la importancia de la luz e incluso su elegante retrato de la cultura pop de la que ya hubieran gustado beber otros coetáneos le hacían (desde hacía mucho tiempo) merecedor de ese emblema de la cultura americana moderna que comparten, entre otros, Irving, Capote, Warhol o ¿por qué no? Quentin Tarantino.



Que algún cinematógrafo se atreviera tarde o temprano a trasladar la narrativa visual de Hopper a la gran pantalla era cuestión de tiempo, independientemente de su nacionalidad. Y, desde luego, el vienés Gustav Deutsch consigue una precisión asombrosa, digna de una rotoscopia. Pero, ay Deutsch, para plasmar a Hopper y a toda la cultura norteamericana que vino a cambiar y motivar al mundo durante el siglo XX hay que ir más allá y no basta con calcar las luces y las sombras de un genio de la narración mientras usted no cuenta nada.




UC (Manu Cabrera).

TRAILER